Según el pronóstico meteorológico, se espera que caigan en Nueva York entre 20 y 30 centímetros de nieve, con fuertes vientos y posibles inundaciones en la costa.
“La gente tiene que estar en casa tanto como sea posible el sábado y el domingo (…), y también fuera de las carreteras”, agregó el alcalde la ciudad, la mayor de Estados Unidos.
De Blasio dijo que, en principio, no está previsto que se adopte un corte en los servicios de transporte público, como ocurrió el año pasado, aunque la decisión final depende del gobernador Andrew Cuomo.
El 27 de enero del año pasado Nueva York quedó paralizado por un temporal de nieve, con el metro y los autobuses sin funcionar y disposiciones para que sólo circularan los vehículos de emergencia.
Esas medidas fueron consideradas como excesivas, pero De Blasio insistió hoy en que fueron adoptadas porque se preveía una de las peores tormentas en la historia de la ciudad, y al final perdió fuerza.
Además, los medios locales recordaron las rivalidades políticas que existen entre De Blasio y Cuomo, que afloraron durante esa tormenta, lo que generó problemas de coordinación entre la ciudad y el gobierno del estado.
“La falta de coordinación (del año pasado) fue un problema, pero esta vez habrá un montón de coordinación y comunicación”, afirmó De Blasio en su contacto con los periodistas.
“Hemos aprendido muchas lecciones”, insistió.
De Blasio añadió que, en principio, no se prohibirá la circulación de vehículos, como ocurrió el año pasado, y dijo que las previsiones indican que el viernes y los lunes no se verán afectadas las actividades escolares.
El pronóstico es que el temporal, que llega a Nueva York desde el suroeste, comience en la ciudad en la mañana del sábado y se mantenga durante todo el domingo, aunque, como recordó De Blasio, “el pronóstico puede cambiar”.
La ciudad ha dispuesto 303.000 toneladas de sal para que sean repartidas por las calles de Nueva York y habrá disponibles 1.650 vehículos de mantenimiento.
De Blasio anticipó que habrá muchos vuelos que serán cancelados en Nueva York por este temporal. El año pasado, en las peores fechas del clima que afectó a la ciudad a fines de enero quedaron cancelados más de seis mil vuelos.