Desde hace aproximadamente treinta años, en el
programa de la Revista 110, que Julio Hazim producía en el canal 4 de
televisión, o Radiotelevisión Dominicana, como realmente debe llamarse
esa emisora del Estado, acompañado de Consuelo Despradel y de Machi
Constant, el autor de esta columna denunció el proyecto de
jump break la
unificación de la Isla de Santo Domingo, habitada por los haitianos y el
pueblo dominicano, para constituir un estado binacional, que debía
servir para controlar de manera absoluta, la emigración de los haitianos
a otros países del continente Americano y Europa, particularmente
Estados Unidos, Canadá y Francia.
Ese proyecto agresivo, infame,
se puso en ejecución inmediatamente después del ajusticiamiento de
Rafael Trujillo Molina. Recibimos en diferentes oportunidades el
reconocimiento del doctor Joaquín Balaguer, quien nos dijo que
“solamente tú, tienes el valor para realizar esa denuncia, que se
corresponde absolutamente con la verdad”. Desde entonces, no hemos
dejado de denunciar y de profundizar con datos irrefutables ese plan,
financiado con millones de dólares por los gobiernos de Estados Unidos,
Canadá y Francia; más lejos aún, escribimos un ensayo con el título de
“Haití, y la República Dominicana: Un Origen y Dos Destinos”, que
próximamente, editaremos en su tercera edición, en cuyo texto se aportan
documentos de una seriedad absoluta que explican lo que realmente en
los últimos sesenta años ha pasado en ese conglomerado humano, como
decía Juan Bosch, que es llamado cómica y trágicamente, el Estado
haitiano o la República de Haití.
Ahora, en estos momentos, más
que nunca, ese proyecto de unificación que desconoce la soberanía de la
nación dominicana, ha entrado en su etapa más agresiva y difícil, que
solamente un gobierno con la responsabilidad y el valor necesario, puede
abortar o hacer fracasar.
Esa responsabilidad la tiene sobre sus
hombros, el Partido de la Liberación Dominicana, que fue fundado por
Juan Bosch, en el 1973, profundamente preocupado por el giro que ya
habían dado los acontecimientos y el camino peligroso y lleno de
vicisitudes que había comenzado a recorrer nuestro pueblo.
¡Qué
visionario era Juan Bosch!, y que frontal era en las posiciones que
asumía, siempre en defensa de los intereses de la nación dominicana que
tantos sacrificios, sufrimientos y vidas humanas, han costado para
mantenerla unificada, organizada y productiva. ¡Cuidado, mucho cuidado!
En nuestra conducta y nuestro comportamiento, como miembros militantes y
dirigentes del PLD; y llamamos la atención, en ese sentido, porque ya
han aparecido en las filas y en los organismos de la más alta dirección,
como el Comité Político, traidores, indiscretos y mentirosos; lo
afirmamos con la responsabilidad que ha caracterizado todos los actos de
nuestra vida.
Traidores, que informan a periodistas
pseudo-columnistas y comentaristas, quienes fueron desde hace años,
enemigos irrespetuosos de Juan Bosch, convertidos ahora en simples
chantajistas, todo lo que sucede no solamente en las reuniones del
Comité Político, sino también, en los encuentros amigables que
realizamos los que hemos militado coherentemente y sin miedo en las
filas de nuestro partido.
¡Cuidado, mucho cuidado!, no caben dos
PRD en la vida nacional y sin el PLD, como lo concibió, fundó y organizó
Juan Bosch, la patria dominicana no puede existir.